Aurora en Fauna Primavera 2025: El latido del bosque interior

09.11.2025
📸 Nathalia Olivares
📸 Nathalia Olivares


por Nathalia Olivares

Aurora volvió a Chile en Fauna Primavera 2025 como si hubiese descendido directamente desde un reino invisible. No hizo falta más que el primer respiro de "Churchyard" para que el BCI Stage se transformara en un territorio encantado donde la noruega gobernó con una mezcla de magia, vulnerabilidad y una energía casi animal. Su presencia, siempre luminosa y siempre intensa, marcó de inmediato que esta no sería una presentación más, sino un rito colectivo.

La artista llevó el concierto como quien guía un viaje espiritual. En un momento podía elevarnos con un canto casi susurrado y al siguiente soltar toda la furia acumulada en su interior. "Soulless Creatures" y "The River" fueron el espacio donde esa sensibilidad floreció sin barreras, revelando la delicadeza con la que teje sus emociones. Era como ver a alguien desarmarse frente a miles, pero sin perder nunca la firmeza que la distingue.

Con "A Soul With No King" y "Heathens", ese mundo íntimo creció en tamaño y teatralidad. Aurora se movía como si cada articulación respondiera a un viento invisible, con movimientos que parecían coreografiados por la naturaleza misma. La banda que la acompañó supo sostener ese universo cambiante, mezclando folk, electrónica y texturas alternativas con una precisión que multiplicaba el impacto emocional de cada canción.

Uno de los momentos más conmovedores llegó con "Murder Song (5, 4, 3, 2, 1)". El silencio se apoderó del público y la voz de Aurora se transformó en un susurro punzante que dejó al BCI Stage completamente estático. Fue un instante de vulnerabilidad tan pura que parecía imposible no estremecerse. Ahí quedó claro que su mayor arma no es la producción ni las luces, sino la honestidad brutal con la que entrega cada palabra.

Fiel a su carácter político y profundamente empático, la artista también ocupó el escenario para amplificar causas que considera urgentes. Habló del cuidado de las minorías, del derecho a existir sin miedo y de su rechazo al genocidio en Palestina. "Queendom" y "Exist for Love" se transformaron así en más que canciones; fueron gestos de resistencia, himnos de dignidad y amor propio que resonaron con fuerza entre los asistentes.

La emoción escaló hacia un clímax arrollador cuando sonaron "Runaway" y "The Seed". Ambos clásicos fueron recibidos con una devoción casi religiosa. Miles de personas coreando, saltando y moviéndose al mismo ritmo hicieron que el ambiente alcanzara la categoría de catarsis, como si lo espiritual y lo terrenal se abrazaran por un instante sin fisuras.

Hacia el cierre, Aurora cambió de marcha y nos empujó al baile despreocupado con "The Blade", "Starvation" y "Cure for Me". Los beats electrónicos y su sonrisa, cada vez más luminosa, elevaron la energía hasta un punto irresistible. "Giving In to the Love" selló la noche como una verdadera celebración, con la artista visiblemente emocionada de sentir al público chileno acompañarla con tanta pasión.

Lo que Aurora ofreció en Fauna Primavera no fue solo un concierto. Fue una experiencia sensorial y emocional donde la belleza, la rabia, la ternura y la conciencia social convivieron en un mismo espacio. Transformó el escenario en un bosque espiritual donde todo parecía posible. Y cuando las luces finalmente se apagaron, quedó la sensación de haber sido parte de algo que trasciende lo musical: un abrazo colectivo desde el corazón.