Fauna Primavera: Día 2

08.11.2025
📸Nathalia Olivares
📸Nathalia Olivares

por Loreto Murga


Niebla Niebla
El segundo día del Fauna Primavera 2025 arrancó con una vibra casi hipnótica gracias a Niebla Niebla, que transformó el escenario Levi's en un pequeño santuario de texturas electrónicas y melodías difusas. Trinidad Riveros apareció con una seguridad tranquila, guiando al público a través de un set que respiraba misterio y sensibilidad. Cada capa sonora parecía estirarse hasta envolver a quienes llegaban bajo el sol. La aparición de Mariana Montenegro para "Los Adolescentes" fue un golpe dulce de memoria musical que nadie vio venir.

Candelabro
El ambiente cambió por completo cuando Candelabro tomó el relevo, desatando uno de los momentos más encendidos de la jornada. Su presentación fue una mezcla perfecta de catarsis y desorden controlado, llevando al público por una avalancha de riffs y gritos que parecían surgir desde lo más profundo de la tarde calurosa. La banda demostró la solidez que ha construido con su último disco, encendiendo el escenario con "Prisión de carne", "Tumba" y la explosiva "Pecado". El público respondió sin reservas.

Bratty
Después del torbellino chileno, Bratty entró con una energía totalmente distinta, bajando las pulsaciones sin perder la atención del público. Su propuesta íntima y honesta funcionó como una especie de pausa emocional dentro de la programación, una ventana para respirar y sentir. Con guitarra en mano, entre bromas y confesiones, la mexicana encontró rápidamente conexión con la audiencia, que recibió con cariño canciones como "Agosto" y "Que yo a ti". Todo se sintió sencillo, cálido y genuino.

Otoboke Beaver
La calma duró poco. Otoboke Beaver irrumpió con un frenesí punk que reventó cualquier expectativa previa. Su show fue un choque frontal entre culturas, humor y furia rítmica, que el público chileno acogió con sorpresa y fascinación. Las japonesas se movían como un bloque indomable, alternando gestos teatrales con un dominio técnico impresionante. Cada tema parecía un relámpago que caía sin aviso, y la respuesta del público fue inmediata: caos, risas y un respeto absoluto por la locura que acababan de presenciar.

Javiera Mena
Javiera Mena tomó el escenario con la soltura de quien juega en casa. Su show fue luminoso, elegante y profundamente conectado con el público que la ha acompañado por años. Desde los primeros acordes quedó claro que su presencia encajaba perfectamente en el vacío dejado por RY X, entregando un set donde el pop se volvió una celebración colectiva. "Espada", "Luz de piedra de luna" y "Cámara lenta" brillaron como himnos, mientras su material más reciente aportó un toque moderno y envolvente.

The Whitest Boy Alive
Cuando apareció The Whitest Boy Alive, la atmósfera del festival encontró un punto de equilibrio perfecto. Erlend Øye marcó el tempo con esa sencillez magnética que lo caracteriza, invitando al público a moverse sin prisa, pero sin pausa. Fue un show luminoso, de esos que te hacen sentir que el atardecer te está abrazando. Con "Golden Cage", "Inflation" y "Burning", el grupo recordó por qué siempre es bienvenido en Chile: porque logran convertir la simpleza en un lugar cómodo donde quedarse.

Tash Sultana
Tash Sultana tomó el escenario como si estuviera tallando su propio mundo en tiempo real. Su dominio de cada instrumento, el uso de loops y la intensidad emocional de su interpretación crearon uno de los momentos más envolventes del día. El público parecía seguir cada gesto, cada cambio de ritmo, como si observara un ritual. Su mezcla de reggae, soul y psicodelia se sintió expansiva, transformando el espacio en un viaje multisensorial.

Aurora
La llegada de Aurora marcó un giro emocional profundo. Su presentación fue una obra teatral hecha concierto, donde cada movimiento parecía tener un propósito simbólico. La artista noruega cantó con una mezcla de dulzura y fuerza que conmovió al público desde el primer minuto. La interpretación de canciones como "The Seed", "Queendom" y "Runaway" dejó una sensación de apertura emocional total, como si cada persona allí hubiera sido tocada por algo invisible pero poderoso.

Bloc Party
La noche siguió cargada de expectativas cuando Bloc Party pisó por primera vez un escenario chileno. El recibimiento fue explosivo, y la banda respondió con un set electrizante que capturó la esencia misma del revival indie dosmilero. "Banquet", "Helicopter" y "This Modern Love" resonaron como recuerdos largamente guardados que al fin podían vivirse en directo. Fue un debut que estuvo a la altura del mito que arrastran.

Massive Attack
El cierre de Massive Attack fue, sin exagerar, un acontecimiento. Más que un concierto, fue una declaración política, una propuesta sensorial y una grieta emocional abierta de par en par. Con visuales disruptivos, con la presencia hipnótica de Elizabeth Fraser y Horace Andy, y con una potencia sonora que atravesó a todos los presentes, el dúo británico entregó un show inolvidable. "Angel", "Unfinished Sympathy" y "Teardrop" formaron parte de un ritual oscuro y brillante. La jornada no solo terminó en su punto más alto: terminó transformada.