#FICValdivia La noche está marchándose ya: La resistencia del cine como refugio

18.10.2025

por Nathalia Olivares 


En su ópera prima, La noche está marchándose ya, los cineastas argentinos Ezequiel Salinas y Ramiro Sonzini ofrecen una mirada íntima y conmovedora sobre la precariedad laboral, la resistencia cultural y la comunidad en tiempos de crisis. El filme, que se desarrolla casi íntegramente en el Cineclub Municipal Hugo del Carril de Córdoba, es una carta de amor al cine como refugio y forma de resistencia.

La historia sigue a Pelu (Octavio Bertone), un proyectorista que, tras ser degradado a sereno debido a recortes presupuestarios, se ve obligado a vivir en el cine que ha sido su hogar durante años. Este espacio, que alguna vez fue un centro cultural vibrante, ahora se enfrenta a la amenaza de cierre. Pelu transforma el cine en un refugio nocturno, ofreciendo albergue a personas sin hogar y alquilando el espacio a una camgirl, creando una comunidad improvisada en medio de la oscuridad.

La película se distingue por su tono melancólico y su estilo visual en blanco y negro, que evoca la nostalgia por una época dorada del cine. Sin embargo, lejos de caer en la melancolía pura, La noche está marchándose ya utiliza este recurso para resaltar la belleza de lo efímero y la importancia de los espacios culturales en la construcción de comunidad.

La dirección de Salinas y Sonzini es sutil pero efectiva, capturando la cotidianidad de los personajes con una cámara observacional que permite al espectador sumergirse en su mundo. La fotografía en blanco y negro, junto con una edición pausada, crea una atmósfera que invita a la reflexión y a la contemplación.

La actuación de Octavio Bertone como Pelu es destacable, transmitiendo con sutileza las emociones de un hombre que, a pesar de las adversidades, encuentra en el cine una razón para seguir adelante. Su interpretación aporta profundidad al personaje, haciéndolo relatable y humano.

El guion, coescrito por Salinas y Sonzini, es preciso y cargado de significado. A través de diálogos simples pero efectivos, se abordan temas como la precariedad laboral, la gentrificación y la importancia de la cultura como espacio de resistencia. La película no ofrece respuestas fáciles, sino que plantea preguntas sobre el futuro de los espacios culturales y su papel en la sociedad.

La música de Francisco Albarracín complementa perfectamente la atmósfera del filme, con una banda sonora minimalista que refuerza la sensación de soledad y esperanza que impregna la película. La música se convierte en un personaje más, acompañando a los protagonistas en su viaje emocional.

La noche está marchándose ya ha sido reconocida en varios festivales internacionales, incluyendo el Festival Internacional de Cine de Valdivia, donde recibió el Premio Especial del Jurado, y el DOCLisboa, donde ganó el Gran Premio Ciudad de Lisboa. Estos galardones subrayan la relevancia y calidad de la propuesta cinematográfica de Salinas y Sonzini.

En conclusión, La noche está marchándose ya es una película que celebra el cine como un acto de resistencia y comunidad. A través de una narrativa sencilla pero profunda, Salinas y Sonzini nos recuerdan la importancia de los espacios culturales en la construcción de una sociedad más justa y solidaria. Es una obra que invita a la reflexión sobre el papel del cine en tiempos de crisis y la necesidad de preservar esos espacios que nos permiten soñar y resistir.