Imagine Dragons en Chile: El nirvana de la vida

21.10.2025

por Lucas Navarro

El 21 de octubre, el Estadio Monumental se transformó en un santuario de emociones con el regreso de Imagine Dragonsa Chile. Bajo la gira LOOM Tour, la banda liderada por Dan Reynolds ofreció su espectáculo más íntimo y reflexivo hasta la fecha en el país. Con un público transversal que llenó cada rincón del recinto, el grupo demostró que su conexión con los fans chilenos sigue intacta. Reynolds, envuelto en la bandera nacional y con una sonrisa constante, resumió el espíritu de la noche en una frase que hizo estallar al estadio: "el mejor país de Chile".

Desde el arranque con "Fire in These Hills", la agrupación mostró una energía contenida pero poderosa. El recorrido musical incluyó himnos como "Thunder", "Bones" y "Whatever It Takes", que generaron un coro unísono entre generaciones que crecieron con la banda. En contraste, el bloque acústico —con "It's Time" e "I Bet My Life"— bajó las revoluciones para dar espacio a la nostalgia y la conexión emocional. En cada pausa, Reynolds aprovechó para hablar del valor de la vida y de seguir adelante pese a las adversidades, estableciendo un lazo sincero con los asistentes.

Con "Bad Liar" comenzó el segundo acto, más introspectivo y centrado en el mensaje de resiliencia que ha marcado la última etapa del grupo. Las luces blancas, las proyecciones visuales y la entrega vocal del frontman generaron un ambiente casi espiritual. "On Top of the World" y "Wake Up" reforzaron ese tono esperanzador, recordando que la esencia de Imagine Dragons está en transformar la vulnerabilidad en fuerza. Cada canción fue un recordatorio de que estar vivos, incluso con cicatrices, sigue siendo una bendición.

Hacia el final, el público explotó con los clásicos "Radioactive", "Demons" y "Natural", que unieron emoción y memoria en una misma experiencia. Entre luces parpadeantes y miles de voces coreando al unísono, el Monumental se convirtió en un coro gigante de gratitud. En "Walking the Wire", Reynolds gritó: "¡Estamos vivos!", y esa frase, más que un eslogan, se volvió el corazón de la noche: una celebración de la existencia, de persistir y seguir brillando.

El cierre llegó con "Enemy" y "Believer", dejando al público en una mezcla de euforia y ternura. Imagine Dragons no solo entregó un concierto técnicamente impecable, sino un viaje emocional que equilibró introspección y catarsis colectiva. LOOM Tour no busca la grandilocuencia, sino la verdad simple y poderosa de seguir adelante. En Chile, esa verdad se sintió más viva que nunca.