'La hermanastra fea':Horror, belleza y subversión de los cuentos de hadas

09.10.2025

La cartelera chilena recibe hoy La hermanastra fea, de Emilie Blichfeldt, una reinterpretación oscura del clásico de Cenicienta. La película combina terror corporal, sátira social y comedia negra para ofrecer una experiencia perturbadora y provocadora. En este universo, la obsesión por la belleza se convierte en un mandato opresivo, y la lucha de Elvira (Lea Myren) por ser reconocida revela el costo de los ideales estéticos impuestos.

La historia se centra en Elvira, cuya vida cambia con la llegada de Agnes (Thea Sofie Loch Næss), la "perfecta" hija de su nuevo padrastro. La cinta muestra cómo la competencia entre mujeres por la atención y aprobación social puede volverse sangrienta, física y emocional. La narración toma distancia del cuento tradicional: no hay magia redentora, solo cuerpos y deseos en conflicto.

Análisis fílmico

La película se estructura en tres actos claros: la presentación del conflicto, la escalada de la competencia y la crisis final de Elvira. Este ritmo pausado permite explorar la psicología de los personajes y el impacto de los estándares de belleza en su cuerpo y mente. Blichfeldt evita los clímax convencionales; su narrativa es más introspectiva, haciendo del conflicto interno el motor principal de la historia.

Los personajes funcionan como arquetipos deformados: Elvira es la víctima y protagonista trágica, Agnes representa el ideal inalcanzable, y la madrastra (Ane Dahl Torp) encarna la autoridad opresiva. Las relaciones entre ellas reflejan dinámicas sociales de poder, envidias y deseo. La película utiliza la tensión dramática sostenida para mantener al espectador en constante alerta emocional.

El guion equilibra sátira y horror: momentos grotescos conviven con escenas irónicas que critican la superficialidad y los cánones estéticos. Cada conflicto, ya sea físico o psicológico, se inserta en la crítica social de manera orgánica, evitando la gratuidad de la violencia y reforzando la narrativa de empoderamiento femenino y cuestionamiento del ideal de belleza.

Análisis visual

La dirección de fotografía emplea un formato cerrado (1.33:1) que acentúa la sensación de confinamiento y vigilancia sobre los personajes. Los planos largos y fijos permiten que el espectador observe la tensión en cada gesto, mientras los acercamientos selectivos intensifican la incomodidad y el drama interno de Elvira. La cámara funciona como un observador que no interviene, amplificando la sensación de opresión.

La paleta cromática se desplaza de tonos pastel a grises y azules apagados a medida que la historia progresa. Esta transición refuerza visualmente la decadencia emocional y física de los personajes. La iluminación lateral y los reflejos en espejos y superficies metálicas acentúan texturas de piel y vestuario, convirtiendo la estética barroca en un recurso narrativo que comunica sufrimiento y deseo.

El sonido y el diseño musical también contribuyen a la experiencia sensorial. Las respiraciones, los crujidos de tejidos y los latidos amplificados hacen que la tensión se perciba en el cuerpo del espectador. La partitura, con cuerdas tensas y disonancias, acompaña los momentos de máximo conflicto, consolidando el vínculo entre lo visual y lo emocional.

Los actores refuerzan la dimensión visual: Myren transforma su cuerpo en un instrumento narrativo, Loch Næss proyecta frialdad idealizada y Torp impone autoridad y control con gestos medidos. Su performance se integra con la estética de la película, haciendo que cada movimiento y cada expresión se convierta en un elemento de la narración visual.

En conclusión, La hermanastra fea es una película que desafía y incomoda. Su propuesta combina terror corporal, sátira social y estética barroca para cuestionar los cánones de belleza y las estructuras de poder en la vida femenina. Emilie Blichfeldt logra un relato donde la fealdad y la deformidad se convierten en formas de resistencia y liberación, dejando al espectador con una experiencia que persiste mucho después de abandonar la sala.