Saramalacara en Chile: distorsión emocional y mística futurista

19.10.2025

La noche del domingo 19 de octubre, Saramalacara debutó en Chile con un concierto que combinó crudeza emocional, vanguardia estética y una conexión inquebrantable con su público. En un Teatro Coliseo repleto y vibrante, la artista argentina presentó un show que, a pesar de los contratiempos técnicos, se convirtió en una experiencia catártica y profundamente significativa.

Desde su entrada en escena, vestida con pantalones plegables y una chaqueta de cuero que dejaba ver gran parte de sus tatuajes, impuso su presencia con una estética que mezclaba lo distópico, lo urbano y lo visceral. La propuesta visual y sonora fue coherente con el universo que ha venido construyendo: un cruce entre el hyperpop, el trap, el techno y una sensibilidad emocional intensa.

Uno de los puntos más altos de la noche fue la presentación de su nuevo tema, "Señal de dios", que sonó por primera vez en vivo en Chile. El track, cargado de espiritualidad digital y oscuridad atmosférica, fue recibido con entusiasmo por una audiencia completamente entregada, que lo abrazó como una declaración de intenciones.

Durante el show, hubo algunas fallas técnicas —cortes de sonido y problemas de monitoreo—, que interrumpieron brevemente el flujo del concierto. Pero Saramalacara respondió con total profesionalismo, sosteniendo la narrativa del espectáculo con aplomo, actitud y presencia escénica. Su reacción fue inmediata: sin dramatismos, ajustó, respiró y siguió. Fue un claro ejemplo de compromiso artístico, guiada por una convicción firme: el show debe continuar.

El setlist recorrió distintos pasajes de su obra, desde la introspección de "Benadryl" y el pop deconstruido de "Tokio Hotel", hasta las colaboraciones con Zell y Muerejoven, en "Aura Talk" y "Fono", respectivamente. Pero uno de los momentos de mayor euforia colectiva se desató con "Humo", un tema que encendió al Coliseo por completo. La base pesada, los visuales vibrantes y la energía liberadora convirtieron ese tramo del show en un punto de no retorno.

Más allá de la música, lo que marcó el tono del concierto fue la conexión emocional entre Saramalacara y sus fans. La artista se mostró cercana, cálida y visiblemente conmovida por la recepción del público chileno, que respondió con respeto, admiración y una intensidad que atravesaba cada canción.

Cerrando la noche, y luego de una hora y media de intensidad escénica, quedó la sensación de haber presenciado algo más que un simple show: fue una experiencia compartida, donde la estética del futuro y la emoción del presente se encontraron en un mismo plano.

En su primer concierto en Chile, Saramalacara dejó en claro que está construyendo una carrera sólida, valiente y profundamente conectada con su generación. Y si este fue el primer paso, lo que viene es, sin duda, aún más potente.